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27/10/2022
Inclusiva: la palabra que mejor define a la Escuela Semilleros para el Fútbol Amateur del Club Sampdoria, de la Asociación Curanilahue

Es un caso único en el proyecto, e incluso a nivel nacional. Personas con discapacidad mental y física, con trastornos del espectro autista (TEA) y con síndrome de Down, toman parte en la Escuela Semilleros para el Fútbol Amateur del Club Sampdoria, de la Asociación Curanilahue. El taller también cobija a niños y niñas convencionales de 14 a 10 años, cumpliendo así con los dos requisitos básicos de la iniciativa, que es ejecutada por Anfa Región Bío Bío y financiada por el Gobierno Regional. "Si bien el proyecto habla de 20 cupos, tenemos cerca de 40 alumnos, de los cuales casi una quincena son especiales, y con edades que van de los 5 a los 42 años", expuso César Soto, quien junto a Francisco Burgos son los profesores a cargo de la escuela, que funciona los miércoles y sábado de 16:00 a 18:00 horas en las canchas secundarias del Estadio Raúl Erazo. "Lo de este taller claramente no es lo competitivo sino lo social. Nos da lo mismo perder 0-10, pues lo que nos impulsa es que estos adultos con mente de niño sean felices, que se entretengan, que pasen horas agradables haciendo deporte, y que lo hagan junto a niños y niñas normales, mejor aún", recalcó Soto. "Ellos vienen del colegio y de sus casas a quemar energía, a compartir, a conocer amigos, y una vez acá no se quieren ir, y es que lo pasan muy bien", aseguró Burgos. "A lo mejor duele decirlo, pero como escuela inclusiva de fútbol tenemos a todas las personas especiales que nadie más quiere", indicó Soto. Burgos adicionó que "para sacar esto adelante hay que tener vocación, y nosotros la tenemos". Precisó que "cada clase contempla, junto a un calentamiento, circuitos de agilidad, de cambio de ritmo, de coordinación y velocidad, trabajo con balón y con superficies de contacto, ejercicios de coordinación con el balón y un partido de fútbol, en que dividimos a los alumnos por edades, pues el rango etario que tenemos es amplio". "En cancha, no se notan las diferencias entre un jugador especial y otro normal. Para todos se trata de un juego, una entretención", afirmó Soto. Orlando Peña, de 19 años y que presenta discapacidad mental no severa, indicó que "estuve en otras escuelas de fútbol, pero en realidad nunca me integraron. Acá pasó lo contrario: me aceptaron e incorporaron desde el primer día". "Me gusta jugar fútbol, conocer amigos. Por eso estoy aquí, y también porque me tratan súper bien, con cariño. Mamá y papá están felices de que participe", afirmó. Los profesores acotaron otro antecedente relevante sobre Peña: juega de arquero en la serie de honor de Sampdoria. A sus 42 años, Peter Piña es el mayor de los alumnos especiales del taller. Al igual que Peña, presenta discapacidad mental, en su caso de tipo severa. "Me gusta jugar a la pelota, y soy bueno", dijo quien actualmente está fichado por Navidad, otro de los clubes de la liga Curanilahue. Piña vive a no más de cinco minutos del Estadio Raúl Erazo, por lo que llega a clases caminando, y solo. "Para nosotros, Peter es como un emblema. Además ha pasado por varias escuelas de fútbol y clubes", comentaron los profesores, quienes adicionaron que el taller también es inclusivo porque recibe no únicamente a chilenos sino además a venezolanos, dominicanos y ecuatorianos. Es el caso de Yaisa Morales, de 12 años y que arribó al país desde Ecuador. "Acá lo paso bien, hay alegría en el ambiente, puedo correr y hacer amigos", opinó la joven. Soto aseveró que "junto con las clases, siempre estamos haciendo otras cosas con los alumnos. Este año los llevamos al Huáscar y a un partido de Huachipato en el Estadio CAP (contra Antofagasta), en el que salieron a la cancha de la mano de los jugadores acereros". El curanilahuino también hizo un llamado "a los padres de hijos con síndrome de Down, pues en muchos casos los tienen escondidos en casa por vergüenza. Deben atreverse, dar el paso e incorporarlos poco a poco a la sociedad, y en ello el deporte les va a ayudar mucho". Al igual que los otros 41 talleres de la Escuela Semilleros existentes en la región, la de Sampdoria comenzó a funcionar en septiembre y se extenderá hasta diciembre, para en enero participar en un gran encuentro deportivo en el Estadio Ester Roa Rebolledo. Para sus clases, Anfa Región Bío Bío la dotó con 15 pelotas, 15 conos, 20 petos y un lienzo alusivo al proyecto. Lectura de foto: Los alumnos y alumnas de la Escuela Semilleros para el Fútbol Amateur del Club Sampdoria, de la Asociación Curanilahue, y que tiene el doble mérito de ser inclusiva.
 





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